La Unción de mi Señor esta sobre mi.
Salmo 23, 5 "... Unges mi cabeza con aceite"
Es un lenguaje figurado, un símbolo de que Dios mantenía saludable al salmista.
Salmo 23, 5 "... Unges mi cabeza con aceite"
Al reflexionar sobre este símbolo, nos daremos cuenta que frecuentemente las ovejas quedan con sus cabezas atrapadas en zarzas y mueren, aparentemente tratando de desenredarse pero terminando haciéndose daño, en la mayoría de los casos, un daño fatal.
De igual manera hay moscas horribles que les gusta atormentar a las ovejas al poner huevecillos en sus fosas nasales, convirtiéndose en gusanos, que al ser percibidos por las ovejas; están se impulsan golpeándose sus cabezas contra las rocas, causándose daño y en muchas de las ocasiones hasta la muerte. Sus oídos y ojos también son susceptibles al tormento de los insectos.
Es aquí cuando el pastor unge toda la cabeza de la oveja con aceite, siendo esta la única manera en que la oveja logra alcanzar la paz y puede pastar tranquilamente o bien descansar. El aceite forma una barrera de protección contra todo lo que le hace daño, aquello que la lleva a autodestruirse.
En muchos de los casos nos pasa lo mismo, ¿Tenemos momentos de tormento mental?, ¿Los pensamientos preocupantes invaden nuestra mente una y otra vez?, ¿Nos golpeamos la cabeza contra la pared tratando de detenerlos?, ¿Le hemos pedido a Dios que ungiera nuestra cabeza con aceite?
¡Él tiene un suministro eterno, infinito, inagotable!
¡Su aceite protege y hace posible que puedas fijar tu corazón, mente, voluntad y ojos en Él...hoy y siempre!
¡Hay paz en el valle al lado de Nuestro Buen Pastor,
Aquel que da la Vida por sus ovejas!
¡Señor, unge mi cabeza con Tú aceite hoy y siempre,
para que mi vida rebose de su espíritu,
salud y bendiciones siempre;
permitiéndome hacer siempre Tu Voluntad!
Renovemos la unción de nuestro bautismo, a través de la gracia derramada en el Sacramento de la Reconciliación, reavivando todo nuestro ser al consumirlo en la Sagrada Eucaristía.
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